Por: Fernando Lucio Escalera*
La espera
Elsa espera. Es buena esperando. Lo sabe porque es lo único que ha hecho durante
todos estos años. Espera desnuda en el mismo sillón de terciopelo azul, ya desgastado, aunque no tanto como su corazón.
Elsa espera paciente mientras mira por su ventana hacia abajo, hacia la calle, hacia los niños que juegan y que luego van a la escuela, y que después regresan a casa ya viejos, a mirar por la ventana como ella.
Elsa sabe que las sombras oscuras de su departamento se irán algún día. Sabe que los pasos que anhela, los besos que recuerda, los amores que añora, volverán a llegar hasta su puerta y la llevarán a pasear por prados verdes, entre árboles altos.
Pero por ahora espera. Es buena esperando. Lo sabe porque es lo único que ha hecho durante todos estos años, sentada desnuda en el mismo sillón de terciopelo azul…
Toc, toc, toc
Al abrir la puerta, la figura que vio a través de la mirilla se había esfumado. El pasillo vacío y nada más. Regresó a la habitación de su departamento con extrañeza y angustia. De pronto, tocaron la ventana. ¡Su corazón dio un vuelco!
La frazada
Despertó temblando de frío aquella madrugada de sábado invernal. La ventana abierta de par en par y su frazada no estaba. La buscó en un lado y otro de la cama, hasta que miró hacia al pie de ésta. La manta parecía flotar como si cubriera un cuerpo, era como esos fantasmas chuscos de las caricaturas; no obstante, lo que sea que había debajo, respiraba. Aquél trozo pesado de manta se movía y trazaba ondas en el viento helado que se colaba en la habitación, dibujando una silueta rígida que reafirmaba una presencia intrusa. No hubo nada chusco entonces.
El forense determinó un paro cardiaco. No hubo sospechas. No se robaron nada. Su compañero de departamento lo encontró hasta el lunes, acostado en cama, cubierto cómodamente con una frazada de poliéster. Sus padres, sin embargo, comentaron insistentes que él jamás dormía con las ventanas abiertas. Pero al ocurrir su muerte en el piso 25, descartaron cualquier teoría de que alguien entrara por ellas.
Fotografía: Andrea Rabasa (Ciudad de México, 2020)
Instagram: @ndrrbsjfr
*Fernando Lucio Escalera ha colaborado en revistas como NYLON, Vile Music Records, Thoracin/Rubens, MEOW magazine, Quién y Harper’s Bazaar México. Su línea de trabajo se enfoca en la música, vida y estilo, cine y cultura. En 2011, cofundó la revista Sinergia Magazine y en 2015 tradujo la novela Cows, de Matthew Stokoe. A finales de 2018, cofundó Arte7éptimo, un proyecto de Facebook, Instagram y Twitter donde se reseñan películas. Twitter: @nando_lucio / Instagram: nando_lucio / Facebook: @arte.7eptimo
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