top of page
  • Writer's picturePrudencio Maritornes

Los cuatro elementos mañana: Agua

La tercera entrega está dedicada al planeta de las emociones, a la pituita, a las agüitas que me hacían cantar los chiras pelas en las tardes de canicas, las lágrimas de cocodrilo, los ojos zarcos, glaucos, cetrinos, púrpuras de flemáticos. Ofrezco esta entrega al ojo de pescado de mi comadre Hermelinda Linda (descendiente directa de Calipso), por ser el arma para lograr cualquier trabajito no tan sentimental o sí, el ojo-agua que encierra el porvenir de la calma y la tormenta; se la brindo a la sed que traigo atorada.

Agua


I

Querida Tiburcia:


Estos atlantes se mueven tan lento que envejezco de verlos desayunar. Cada año que pasa, cada sol que me seca, cada luna llena que arrulla, hacen impasible tu desaire que atormenta la tranquilidad del que alguna vez fue más que nuestro nicho de amor. Estar cerca de la alacena no me hace bien, me da jaqueca verlos lavar trastes, pero seré, me haré el estoico por si alguna vez te desenojas y me abres la ventana para contemplar tu nueva pecera y no esas tristes cortinas.


Fotografía: Nicolás Aguilar (Perú 43, Ciudad de México, 2020)

II


Fotografía: Nicolás Aguilar (Desierto de San Nicolás, 2012)


Para colmo de sus recuerdos, la laguna se llamaba Mercurio. Ahora hay arena y casas de madera; como sea, hay vida. Da un revés a sus pensamientos indómitos, que anhelan el pretérito. En temporada de lluvias cuando el jagüey se llena, el Don feliz de contento toma siestas al lado del casi remanso. Me dice, mientras muerde y sorbe una, que las sandías que consigue por trueque o por vender su alma son la sombra de los calores. Una gota roja-roja cae de su barbilla.

III


Fotografía: Nicolás Aguilar (Quitovac, 2019)

–Si cuando una nada se siente livianita, cuando me quedo así a merced me siento otra, que no está sola, que sonríe. Me quemaron la cara como castigo a mi disque hermosura, como beneficio de su maldad y su envidia. La premiación de la belleza quizás, quizás, perhaps solo trajo una apacible felicidad a mi familia orgullosa, que siempre se mostrará de espaldas. Me maldigo, me voy.



*Un agradecimiento especial (de nuez) a Nicolás Aguilar, el chido one, por las fotografías.

86 views

Related Posts

See All

Comments


bottom of page