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  • Writer's picturePrudencio Maritornes

Los cuatro elementos mañana: Fuego


Triste estoy porque con este capítulo se termina la serie. Trató la-mi prudencia ser acompañante locuaz de don Nicolás, de su mirada. Estoy entre azul y medias noches por todos los recuerdos que reavivó su lente, que así estuvieron de cantarme mis verdades. El último elemento es el trinche que llevan los diablos para defendernos de travesuras, nuestra débil personalidad que arde por ser; lo veo en el origen del fénix, el Big Bang y la Big Data; lo sentí en los pies tatemados de Cuauhtémoc, el sacrificio a Moloch en Salambó; lo oí en los cinturonazos justos e injustos, el mambo, tus susurros; lo soñé cuando el coco, el robachicos y el señor del costal no venían por mí; lo saboreé en la salazón del Pacífico, el ron cubano y los chilaquiles. Voltea a tu izquierda, ahí está el fuego, ahora voltea a la derecha, ahí solo a veces.


Fuego


I

Fotografía: Nicolás Aguilar (Noviembre, 2005 o 2006)


Esta fotografía fue tomada por un marciano con una cámara terrestre durante la última intervención interplanetaria. El colonialismo amistoso, imperante estos tiempos en el universo, ha provocado la desaparición de la Tierra y Marte: una mala intervención del ufólogo Jaime Maussan y la nula interpretación del predestinado Walter Mercado provocaron el conflicto irremediable que solo nos dejó esta imagen. Los extrañamos un poquito.


II

El fuego eterno es indigencia y hartura

Heráclito


–Cada vez estás más flojo, querido, no sé si te cansaste de mí o de lo nuestro o de las dos situaciones. Yo sé que no soy una situación, soy tu amor. Sí, yo sé, yo sé; déjame adivinar, emmm, perdiste tu inocencia en mis muslos, ¿no? Eso no, dame otra oportunidad, a ver…: Que soy la única mujer en tu vida; le atiné, ¿no?, ¿tampoco? ¡Va! Si no le atino a la cosa bonita que me quieres decir, te perdono. Que soy el sol, las estrellas y la luna y tu Venus, ¿no? Cada vez eres más enigmático, leer tanta poesía no te hace bien, corazón. A ver, me doy, dime... ¿Qué, que vas a hacer qué? No te creo, mientes con todos tus dientes. Ya lo sabía, eres malo. Bueno, está bien te doy media hora, una hora, ni un segundo más. Mientras, bajo a comer algo. Y por favor, para la otra que te quedes dormido, no me cuentes tus sueños.


Fotografía: Nicolás Aguilar (Allende esq. Belisario Domínguez, Ciudad de México, 2019)


III

Fotografía: Nicolás Aguilar (Quitovac, 2019)


Consoladora de los afligidos, ruega por nosotros.


El presente quedó en las ascuas del pasado que se alarga en las liturgias violentas del país. Liturgias de todos los días, ya no solo de domingos. Mañana cambiarán las risas de los niños, serán acalladas por nuevos juegos infantiles de a de veras, de los que pierdes o… pierdes.


Hoy canta la madre en la cabecera del lecho en el que yace el que fue su hijo:

Osito de felpa
juguete de mi hijo
de mi chiquitito que una madrugada
se llevó el Señor


***


Y así se despiden los cuatro elementos de cinco que hubieran podido ser, si no fuera porque Aristóteles no me sabe hacer ojitos. Doy gracias a Nicolás Aguilar por ser la partícula de Higgs de este universo que queda a merced de los lectores a quienes de sobremanera agradezco.


Espero que no se den cuenta tarde de que son el quinto elemento.


P.S. Don Paco Valls me informa que compendiará próximamente estas cuatro entregas en un solo número. Muy atento todo él.


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