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  • Writer's pictureColaboraciones Variopinto

Tiempo de fuga II


Fotografía: Nicolás Aguilar (Quitovac, Son., 2019)


 


Imperio

Por: Humberto Calles


—James, Jim, here we are. But what should we do si los enemigos are already here? Face it, topa que tus padres no están, los míos tampoco: estamos cercados, we’re on our own. ¿Por qué el empeño en lavar la piscina? ¡Para la raspa, ese! Esta vez ni John Malcovič puede rescatarnos: or we turn pocho o vienen los del Sur y nos matan...


—I’ve been wondering, mano: pocho es americano, so para el Sur somos los malos. But who’s the enemy though? Teníamos una identidad, una sola lengua, but these gringos llegaron y todo cambió. They’re the real enemies, nuestro color es como los del Sur. Cuando arriben there’ll be no boundaries, no nationality. So let’s better be human y terminemos de limpiar. It’s our duty now, pero mañana será diferente: esta tierra will be ours. Again.


 


Un sueño de tantos

Por: Juan C. Gurrola


«Cuántas paladas se necesitan para llegar al chiclocentro de la tierra, cuántas necesito para encontrarme con mi papá».


Justiniano le dijo a su hijo que todas las minas del planeta se conectaban, así como los túneles y las galerías del hormiguero Mialegría que le regaló a su primogénito.


—¿Las excavaciones que has hecho pueden conectar con las de los chinos? ¡¡¡Podríamos llegar a la muralla china más rápido que en avión!!!

—Podríamos, hijo, pero no es tan rápido como crees; tal vez nos rendiríamos antes de intentarlo.


«Bueno, ya me ahorré un tiempo con esta alberca abandonada… Será menos trabajo, tal vez una semana si le digo al chino que iremos a visitar a sus tatarabuelitos».


—Papá, ¿por qué ya no vienes a casa?


 


AXEL

Por: Nicolás Aguilar


«¡Benchi! Qué calor. Me duelen los brazos y las piernas, y la espalda también. Tengo hambre. Tengo sed. Quiero unos tostilocos y una coca. Ya me cansé de limpiar esta alberca enorme, estaba mejor llena de tierra. A quién le importa meterse a nadar en una alberca cuando puedo estar tranquilo en la sombra con mi coca y mis papas», pensaba Axel, molesto con Juan y Nico. Todo por su tonta película.

«Ya no quiero que me graben. Me gustaba más cuando solo jugábamos beisbol y carreras en las bicis, hasta cuando me dejaban manejar el coche sentado en las piernas de Nico, y Juan se enojaba y gritaba que frenáramos; eso sí era chistoso. No entiendo por qué ya no me dejan manejar. Por lo menos no nos tuvimos que venir caminando hasta aquí. Ya me quiero regresar».


—¡Gordito! ¡Pásame la pala! ¡Ándale no te quedes ahí, ya casi acabamos!

—No, no quiero.


 

Veniales

Por: Humberto Lumbreras


«Yo no quería matar tantas hormigas, ni agarrar ese gansito de la tienda. No era mi intención pegarle a Rodrigo, pero no se callaba. Ya le han de estar diciendo a mi mamá. Y también que le tiré su sándwich a Lety. No quiero que me lleve a confesar. Ya mejor ni carta a los reyes magos hago...».


«¿Y si rompo esos mosaicos con la pala?».

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